El recién designado ministro del Interior, Lisandro Catalán, inició su gestión con una agenda de alta intensidad, buscando reencauzar la relación entre la Nación y las provincias. En su primera jornada completa en el cargo, Catalán, cuya designación formal aún está pendiente, se reunió con tres gobernadores considerados aliados del Gobierno: Leandro Zdero de Chaco, Alfredo Cornejo de Mendoza y Rogelio Frigerio de Entre Ríos. Este cónclave, que se extendió más allá de las reuniones individuales previstas, marca el debut de la nueva “Mesa Federal”, una iniciativa estratégica impulsada por la Casa Rosada para reconstruir puentes tras las tensiones recientes.

El encuentro, que tuvo lugar en el Salón de los Escudos, contó también con la presencia del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. Esta inesperada confluencia de figuras del Gabinete y de mandatarios provinciales transformó una serie de reuniones separadas en un cónclave unificado, evidenciando el interés del Gobierno nacional por mostrar una imagen de cohesión y diálogo. La presencia de Caputo, en particular, subraya la centralidad de las cuestiones económicas en las negociaciones, especialmente el reclamo de mayores fondos por parte de las provincias.

La jornada comenzó temprano para Catalán, quien llegó a su despacho -el mismo que ocupaba como vicejefe de Gabinete de Interior- y sostuvo una agenda incesante. El primer gobernador en llegar fue Zdero, quien tiene un vínculo fluido con la administración libertaria. Previo a su reunión con el ministro del Interior, Zdero pasó por el despacho del armador nacional Eduardo “Lule” Menem. Esta parada no es menor, ya que demuestra la vigencia e influencia de Menem en la articulación política, a pesar de los recientes rumores sobre su rol en la mesa política nacional.

Lisandro Catalán inició negociaciones con gobernadores en medio de las tensiones por los fondos federales

Desde la gobernación chaqueña, confirmaron el trato frecuente con Catalán, recordando que ya los había recibido cuando Francos estuvo enfermo. La visita de Zdero, que se prolongó por cerca de dos horas, es un indicio de la buena sintonía que existe entre la administración provincial y el Gobierno nacional. El gobernador se retiró sin hacer declaraciones a la prensa, una tónica que se repitió con sus pares, lo que sugiere la naturaleza reservada y estratégica del encuentro.

En horas de la tarde, se sumaron Cornejo y Frigerio, quienes llegaron juntos a la Casa Rosada. Ambos gobernadores han sellado acuerdos electorales con La Libertad Avanza de cara a las próximas elecciones legislativas. Su presencia en la Rosada, junto a Zdero, evidencia la apuesta del Gobierno nacional por fortalecer las alianzas existentes y sumar apoyo para futuras iniciativas. La “Mesa Federal” se presenta como el vehículo para consolidar estas relaciones y avanzar en una agenda de gobernabilidad.

Tema en agenda

Las conversaciones se dan en un contexto de profunda tensión. El Presidente Javier Milei tiene previsto vetar la ley, aprobada en el Congreso, que modifica el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), una medida que ha generado gran malestar en las provincias. Esta decisión, según fuentes oficiales, se sustenta en la necesidad de mantener el equilibrio fiscal. Sin embargo, el Gobierno nacional, consciente del desgaste en la relación, busca con esta mesa de diálogo compensar la confrontación con un espacio de negociación y escucha.

Milei vetó leyes clave mientras evalúa los ATN en medio de tensiones políticas con los gobernadores

El foco de estas negociaciones se centra en los proyectos de reforma laboral y tributaria, que son prioritarios para la gestión de Milei. Un funcionario del círculo íntimo del Presidente reconoció la importancia de contar con el apoyo de los gobernadores para que estas iniciativas avancen en el Congreso.

La estrategia del Gobierno parece ser la de evitar convocatorias masivas y priorizar reuniones personalizadas. Esta dinámica, según el Ejecutivo, busca “escuchar y atender los reclamos personalizados” de cada provincia. En la Casa Rosada consideran que el vínculo institucional, afectado tras los recientes procesos electorales, se reconstruirá de manera más efectiva a través de un diálogo individualizado, permitiendo un análisis más profundo de las demandas específicas de cada jurisdicción.

Reticencia

No todos los gobernadores están dispuestos a sumarse a este llamado. La desconfianza aún impera en muchos gobiernos provinciales. El desgaste en la relación, provocado por la falta de desembolso de fondos para obras públicas y la negativa de la Nación a cumplir con pagos establecidos por ley, ha erosionado la buena voluntad de varios mandatarios. La percepción de una respuesta tardía por parte del oficialismo también contribuye a este escepticismo.

En este marco, la conformación del espacio “Provincias Unidas”, que reúne a seis gobernadores, entre ellos Martín Llaryora de Córdoba e Ignacio Torres de Chubut, exhibe un frente de poder regional que busca consolidarse como una alternativa nacional. Estos mandatarios, que se reunirán en Río Cuarto, manifiestan su preocupación por el descontento social y el impacto económico de las políticas nacionales en sus distritos, lo que los impulsa a coordinar una respuesta unificada.

A pesar de las tensiones, Catalán se mostró optimista. En declaraciones a radio Rivadavia, el ministro defendió la estrategia del Gobierno y expresó su confianza en un triunfo oficialista en octubre. “La estrategia es hablar frontalmente con ellos, llamar a las cosas por su nombre”, señaló, reconociendo la existencia de visiones antagónicas con algunos mandatarios. Al mismo tiempo, destacó su “buen vínculo” con otros gobernadores, como Torres de Chubut y Osvaldo Jaldo, lo que abre la puerta a futuros acercamientos.

El desafío para Catalán y para el Gobierno nacional es mayúsculo. La Mesa Federal, recién inaugurada, deberá enfrentar la tarea de superar el profundo descreimiento de muchos gobernadores, quienes ven con recelo la voluntad de diálogo de la Casa Rosada.